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Los envases activos es la nueva tendencia para la conservación de alimentos. Mediante bolsas o bien el propio packaging impregnado de aditivos se permite alargar la vida útil de los alimentos de forma natural.

El desarrollo de nuevas tecnologías está permitiendo la introducción de los envases activos y embalajes inteligentes para actuar de forma conjunta con el alimento, mejorando de esta forma sus propiedades y alargar la vida útil. La conservación de alimentos sin la necesidad de modificarlos mediante aditivos se está convirtiendo en un requerimiento de muchas empresas de la industria alimentícia.

Hay dos formas de realizar un envase activo: introduciendo algún material (normalmente bolsitas o almohadillas) en el interior del envase que modifique su atmósfera interior, o bien siendo el propio envase el que ya esté impregnado con substancias que modifiquen el ambiente interior.

Por otro lado, los envases inteligentes informan del estado del alimento en el interior del envase, permitiendo el control desde el exterior del mismo.

Los envases activos más habituales absorben determinadas substancias del interior de los envases:

  • Humedad: Permiten absorber la humedad que se genera en el interior de los envases, normalmente debida a la condensación y en la parte superior de los envases.
  • Oxígeno: Absorben el oxígeno del interior del envase dejando el alimento en una atmósfera libre de oxígeno.
  • Etileno: De manera similar al oxígeno, absorben el etileno que emanan de ciertas frutas, verduras y vegetales.
  • Líquidos: Absorben los líquidos de determinados alimentos

Los envases inteligentes nos indican el estado del alimento envasado:

  • Indicadores de Temperatura: Permiten informar de los posibles picos en la temperatura del alimento
  • Indicadores de Frescura: Nos informan de la presencia de microorganismos o gases en el alimento
  • Etiquetas RFID: Nos informan de datos relacionados con la producción o suministro del alimento
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